28/9/05

Y es española
M me llevó el domingo al Verdi, punto de reunión cinematográfica de freaks, culturetas, raros y gente con gafas de pasta en general. Por cierto, el domingo llovía. Sé que no es un dato especialmente revelador, pero es que me refiero a dentro del cine. Si amigos, hacedme caso y no elijáis un día de lluvia para daros una inmersión (que bien traído, eh!) de cultura en el Verdi, a menos que os pongáis el chubasquero. Y hablando de chubasqueros, ahora me he acordado de aquellos antiguos que se hacían un paquetito el mismo y se convertían en una riñonera. Que gracia.
Bueno, que me voy por las ramas, centrémonos. La cuestión es que vimos una peli de la que no sabía absolutamente nada, llamada “El método”. Es la adaptación cinematográfica de la obra de teatro “El método Gronholm” de Jordi Galceran, que se sirve de los procesos modernos de reclutamiento de personal para criticar los valores individualistas de la sociedad actual; así a grandes rasgos. Personalmente disfruté de la descripción de los personajes, de las relaciones que se establecen entre ellos. “Cube” o la alemana “Das Experiment” serían algo parecido, pero si “El método” está ambientado en el mundo laboral, las otras lo estaban en la ciencia ficción y el mundo carcelario, respectivamente.
Es una película de guión y de personajes, donde la fuerza recae a peso en unos actores que se lucen y se mueven a sus anchas con personajes llevados al extremo. Peazo elenco (palabra moderna donde las haya, o no) de actores. Impresionante.
Para no perdérsela.

26/9/05

Esto se hunde
Neil Postman hablaba en aquel libro, que ya os he recomendado más de una vez, llamado “Divertirse hasta morir” de cómo los medios de comunicación idiotizan a la sociedad. Este libro parte de la premisa de que los medios tienen un poder para mí exagerado, yo más bien creo que es la sociedad idiotizada la que tiene unos medios a su altura. No discutiremos de este espinoso tema hoy, ni mañana, ni casi seguro pasado mañana.
En cualquier caso, estoy de acuerdo en un punto destacado de su libro: Que la sociedad moderna está tan mal (culturalmente hablando) como sus medios de comunicación; los mass media, que le llaman los profes de ciencias de la comunicación. Y a la prueba me remito.
A ver, decidme, qué es lo que vuelve a estar de moda en eso malintencionadamente denominado “caja tonta”? Qué estilo de programa que no aporta nada, que no requiere ni esfuerzo ni cerebro, que representa lo anticultural y que, particularmente, considero mucho más lamentable que cualquier reality show? Si señores, los programas de cámara oculta, aquel género que llevaba años recluido a las butacas de los aviones, ha sido desempolvado por el ente delincuente del programador televisivo. Agárrense que vienen curvas. Que será lo próximo, recuperar el “si fuera” de Rafaella Carra?

19/9/05

Bocata y periódico
Estoy en camino hacía el Nirvana profesional (espero no terminar como Kurt). Al contrario de lo que podáis pensar, este proceso de descubrimiento interior no termina con la autorrealización profesional, que va, más bien todo lo contrario. Este proceso finaliza cuando uno se convierte en un funcionario, literal o metafórico, da igual, lo importante es el concepto “funcionario”. Grabároslo en la mente.
Un funcionario no se implica con su trabajo. Va al lugar donde tiene que ir, hace las horas que le tocan, traga con lo que venga sin inmutarse y se va a casa. En cuanto sale por la puerta su mente se vacía de pensamientos laborales (si es que en algún momento no lo ha estado). Un funcionario está por que tiene que estar, por que la efectividad y la eficiencia de las empresas no serían prácticas sin su presencia, serían excesivas y atentarían contra la ley de mercado más básica: “Todas las empresas dan un mal servicio”.
Podría parecer que esto es fina ironía (eso si no me conocéis, claro, lo mío es más bien burda tontería). No, compañeros, es admiración. Realmente quiero ser como ellos, quiero pasar absolutamente del trabajo, de los comentarios del jefe o de si las cosas se hacen bien, mal o ni se hacen. Estoy en el buen camino, lo sé, todo es cuestión de tiempo, paciencia y oídos sordos.

14/9/05

Out of order
Buenas, no estoy muerto. Ya sé que llevo unos días desaparecido en combate, es que no he podido encontrar un minuto hasta hoy. Sé que no os preocupáis, y además es que en esta ocasión no hay motivo alguno. Todo bien, muy bien, sólo que por temas personales no he podido escribir antes. Saludos.
Por cierto, un apunte. Alguien sabe por que cuando me toca cocinar a mí al final nunca tengo hambre? Es algo increíble, y no será por que no cocine bien, que hago unas ensaladas de la muerte (en realidad solo hago eso, ensaladas, pero hay que ver que bien me salen). Tampoco entiendo por que la comida en general dura una tercera parte en la cocina mientras yo estoy en ella, la verdad. Son dos temas que últimamente me preocupan un poco. Espero que algún ingeniero de puentes y caminos, industrial si no puede ser otro, me dé una respuesta. Gracias.

7/9/05

Sodoku
Mi fuente de información geek habitual, Microsiervos, me puso al tanto de la existencia de algo llamado Sodoku ya hace un tiempo. Decían algo así como que era el pasatiempo que estaba arrasando en Japón, sitio freak donde los haya y que empieza a ser punto de inicio de la mayoría de modas (las cosas están cambiando queridos amigos americanos). Uno tiene pocas luces, así que cuando seguí leyendo y me enteré que se trataba de pensar, como que lo aparte de la mente.
Ahora, no sé cuanto tiempo después pero más bien poco, resulta que el Sodoku está en todas partes. Los periódicos van repletos y te sorprende la gente diciendo que se a aficionado a una cosa con un nombre raro. En casa, si apartas cualquier trasto te aparece una fotocopia con un juego de estos, y en el menú programas encuentras una aplicación con el mismo nombre.
Increíble lo rápido que avanzan las modas. Esto de la aldea global no para de sorprenderme.

5/9/05

Mira que ardillita más mona
Uno de los recuerdos más vivos de los muchos viajes que he hecho a países exóticos y lejanos (Andorra, Portugal y asín), son los animales. No, esta vez no me refiero a los aborígenes, sino que hablo de los auténticos animales. Todavía hoy me sorprendo de que en parques públicos, en el centro de la urbe, te puedas cruzar con ardillitas de cuento que sin miedo alguno se te acercarán si les das cualquier cosa comestible. Llamadme crío (crío!!!) pero no lo puedo evitar, me parece salido de una película de dibujos animados tipo Los rescatadores en Cangurolandia (eso si es un clásico del séptimo arte).
Y vosotros os estaréis preguntando a que carajo viene esta historia, verdad? “Este tío ya no sabe que postear”. Pues tenéis toda la razón del mundo, ya no sé que os puedo explicar que no sepáis, pero esta vez no divago, todo tiene un objetivo, dadme unas líneas más, leches.
El tema es que el otro día estábamos paseando M y yo por una zona llamada Sagrada Familia. Igual os suena; hay una catedral rarísima, enorme y que no se termina nunca. También hay, y allí es donde voy, muchos tipos con cámaras retratando de forma casi compulsiva cualquier cosa digna de ser enseñada a parientes y amigos. Vaya, que es posiblemente el lugar más turístico de Barcelona, donde seguro pasará cualquier visitante.
En el parque colindante andábamos cuando se nos ocurrió sentarnos un ratito, descansar tranquilamente y relajarnos de tan ajetreado domingo de sofá y televisión. De repente, out of the blue que dirían los guiris, vi que algo se movía por el suelo. Mi vista da poco de si, ya lo sabéis, pero es que además ya estaba anocheciendo, así que tardé unos segundos en darme cuenta que aquello no era una ardillita de esas tan monas, sino una rata de ciudad de aquellas tan gigantes, de las que a uno no le gustaría tener que enfrentarse. Un puto monstruo de la naturaleza. Tras mudarnos de banco, a unos cinco minutos, ya teníamos a otro animal de esos a menos de un metro, tan pancho, como esperando que alargásemos la mano para darle un cacahuete y dejarnos sólo con el muñón del mordisco. Peazo bicho. Peazo asco.
En resumen. Nunca suficientemente apreciado Sr. Joan Clos Van Dame, haga el favor de limpiar el puto parque (y ya puestos la ciudad en general), de asquerosas ratas mutantes gigantes, que se convierten en el recuerdo de muchos turistas que nos visitas durante el verano proporcionándonos sendos beneficios (a mí directamente no, ninguno, una pena). Gracias. Un beso.
Blade Runner
He visto cosas que vosotros no creeríais: atacar naves en llamas más allá de Orión, he visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhauser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.

1/9/05

Fe en la comercialidad
Viendo todo esto, quien daría un duro por Sin City?
-Robert Rodríguez: Tras dirigir la impresionante (solo teniendo en cuenta el presupuesto que manejaba) El Mariachi, es devorado poco a poco por la industria y dirige cosas como The Faculty y aquella saga llamada Spy Kids, que destaca por su capacidad para producir dolor de cabeza a mansalva entre los espectadores mayores de 14 años.
-Película basada en cómic: Bueno, se han hecho grandes films aprovechando las viñetas clásicas americanas, pero su número no es superior al de los bodrios. The Shadow, The Phantom o las más recientes Daredevil y Fantastic 4 son buenos ejemplos, no me lo negaréis.
-Mickey Rourke: Si señor, este tipo si que es ejemplo de una carrera brillante. Por favor. Desde aquellas tórridas nueve semanitas, que el tío no ha hecho más que cagarla. Sobrevive a base de la serie B y C que no sé ni como lo contratan, y encima se mete al boxeo. Después se opera la cara para rejuvenecerse y se la destroza hasta tal punto que para la peli apenas le han caracterizado. Un ejemplo a seguir.
-Jessica Alba: Típica chica buenorra (eso no lo vamos a negar) que llega con grandísimas credenciales: Fantastic 4, Never been kissed y, ojo al dato, la serie Flipper.
-Rutger Hauer: Este solo se salva por que en una ocasión fue un replicante, y en otra un hombre que se convertía en lobo, que si no ni eso.

Pues bien, después de todo este montón de prejuicios, y habiendo valorado los puntos a favor de la película (Benicio del Toro, un Bruce Willis que me cae bien y Tarantino) uno queda con los amiguetes y se va al cine. Y uno sale del cine con cara a tonto de lo bien que se lo ha pasado. Gran historia, grandes personajes, increíble montaje y mejor dirección. Sin duda, a mi entender (que tampoco es mucho, para que nos vamos a engañar), la película que reproduce más fielmente el mundo de la viñeta. Se nota que Frank Miller (el autor del cómic) la ha codirigido. Imprescindible.