que he visto anochecer en el Gran Cañón,
que he levitado de amor y arrastro cicatrices de rechazo,
que he comprendido a un cervatillo frente la atenta mirada de sequoias milenarias,
que he sujetado un cocodrilo con mis manos desnudas,
que he corrido por la peores calles de San Francisco cantando el himno del barça,
que he contemplado los fiordos noruegos colgado de una roca en pleno acantilado,
yo si puedo decir, que no tengo la sensación de haber vivido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario