Mejor sordo que mal acompañado
Hay dos fenómenos musicales recientes que no me dejan dormir. Vamos a ver si es un problema compartido o soy el único que los sufre.
El primero es un grupo californiano que lleva toda la vida relanzando copias de su primer disco. Te puedes comprar cualquiera de sus CD’s y todos suenan igual. Es más, con tener una canción ya es suficiente. Por si no sabéis de quien hablo, ellos son los Offspring. Es impresionante el morro que tienen los tipos estos, no han evolucionado en los más mínimo. Y lo realmente sorprendente es que continúan vendiendo, por que hay un tanto por ciento relativamente alto de chicos de 16 y 17 años que comprarán su disco. Nunca más volverán a comprarles nada, pero esa etapa en la que escuchas Offspring la hemos tenido todos; gracias a dios no dura mucho.
El otro tema, este si que es preocupante, es el del Glam Rock. Si señores, esta moda ya olvidada vuelve para incomprensión de sociólogos y aficionados a la música en general. Todo a resucitado gracias a los The Darkness esos, que dentro del estilo son bastante moderados, pero el movimiento no ha hecho más que empezar. En poco tiempo seguro que podremos flipar otra vez viendo a payasos pintados, con greñas cuidadísimas, mallas y cantando en falsete. Yo es que no lo entiendo. No cuadra. Como puedes pintarte la cara de gato, ir con un bajo en forma de hacha, destrozar murciélagos con los dientes en el escenario y cantar “I was made for loving you baby, you was made for loving me” en falsete. Si es que no puede ser. Si eres un tío duro y sádico entonces canta heavy, trash o alguna cosa de estas, pero es que lo tuyo no se entiende lo mires por donde lo mires.
Por suerte, en breve podremos recuperarnos de estos sustos. En febrero el Minifestival, en marzo los Belle & Sebastian y más adelante ya veremos.