19/7/04

Más épica que en los comentarios de Michel
Épico enfrentamiento el que vivimos el pasado domingo en la jornada Riskera semanal. Los espectadores Zulares, que vibraron en todo momento desde las gradas, tardarán en olvidar el choque entre los míticos Nota, Bull y Nuncanada.
El duelo empezó normalmente con el repartimiento de cartas, que dejó aparentemente fuera de juego al Nota mientras sus adversarios gozaban de un relativo buen estado. Los primeros minutos transcurrían a ritmo de un guión establecido, pero pronto se vio que el rival más débil no se dejaría amedrentar.
El mach siguió su curso normal hasta la media parte, donde una Coca cola fresquita y sendas bolsas de patatas al punto de sal y bocabits reanimaros a unos jugadores agotados por el calor y el esfuerzo mental.
De regreso con el silbido las estrellas se prepararon para una segunda parte de las que crean afición. Durante los 40 primeros minutos vimos como Bull se hundía, incapaz de abrir el juego a los continentes colindantes se encerraba cada vez más en Norte América. Sorprendentemente era el Nota quien le ganaba territorio, atacando brillantemente y luciendo un juego con ideas que rompía sin parar los esquemas de sus adversarios. Nuncanada, por su parte, se mantenía bien situado en el campo de juego pero sin mostrar un objetivo claro.
Finalmente, en el límite del crono, Nuncanada hizo una jugada tan genial como arriesgada. Tras el cambio sacó a un ejercito joven y fresco que puso toda la carne en el asador y se preparó para conquistar el campo de Bull. Uno tras uno fueron cayendo los metros y los jugadores de ambos bandos, hasta llegar al momento crucial: Un único gol para triunfar o fracasar rotundamente, un único chutador contra un único portero, un penalti que lo cambiaría todo. Nuncanada tiró el dado que sacó un flojo y poco colocado 3. Bull, nervioso y sintiendo la presión en su espalda, dejó rodar el dado, el público enmudeció y, de golpe estalló en un gripo unánime de GOOOOL!!!!
Tras el partido Bull comentaba: “Bueno, el Risk es asín”.
 

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