... and a happy new year
Hay algunos elementos que permiten definir a una noche como surrealista. En la del sábado se juntaron muchos, muchísimos, debido a un extraño alineamiento planetario que no combina nada bien con el alcohol.
Todo empieza cuando me voy a sacar pasta al cajero, que después de seguir todos los pasos necesarios se niega a darme el dinero. Genial. Me pongo en el de al lado y no funciona la pantalla táctil; empezamos bien.
Nos vamos de bares, lo normal, y bebidas unas copas paseamos hacía la discoteca a ritmo de rumba gracias a una garrafa de agua vacía y el espíritu creativo del amigo Tolaemon. Sorprendentemente los vecinos no dicen nada cuando se escucha el “Eo, eo, eoooooo”, pero tampoco se añaden a la fiesta.
Discoteca elegida: Plataforma. Es mi segunda visita a este antro de mala vida y poca perversión e intuyo que no será la última. Buena música y gente abierta. Las leyes de la probabilidad nos indican que es posible que algún día te encuentres a alguien conocido de marcha, y como a mi nunca me había pasado, pues se juntó todo esta noche. Primero a un conocido, amigo de amigo, y a la hermana del amigo (seguro que es buena gente, pero me mira con un desprecio que parece que le haya matado a un hijo). Al rato, cuando estaba discutiendo con un grupo de desconocidos sobre la sexualidad de un/a chico/a de por allí, me encuentro con uno del curro. No sé si es que el bebercio le había soltado la lengua más de lo habitual, pero estuvo contándome secretos del curro un buen rato. "Que si este se lió con aquella, que si yo estoy liado con esa que acaba de tener un hijo...", y yo que pensaba que la oficina era un lugar aburrido.
Salimos a las mil y pasamos por delante del Apolo cantando “I wanna wish you a merry christmas!” a grito pelao. Las caras de los superfashions de la muerte valen su peso en oro, y no tan solo por el efecto de determinadas sustancias.
Mientras esperamos al metro, uno de los compañeros (no voy a decir su nombre por que podría ser traumático para el pobre chaval), se monta un espectáculo a lo Power Rangers sobre el superhéroe “Condonman” que deja mudos a los guiris presentes. No hay palabras para describirlo... pero si fotografías que espero algún día poder colgar.
Lamento postear una farra por que ya sé que parece aquello de “mirad lo guais que somos y lo bien que nos lo pasamos”, cosa que yo mismo odio profundamente. Es que hacía tiempo que no me pasaban esas cosas de fiesta. Intentaré no repetir.
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