Yo te invoco
Hoy he terminado, por fin, el libro “Vampiros, mito y realidad de los no-muertos”. A la pregunta que os viene ahora mismo a la cabeza de “qué haces leyendo estas cosas?” diré, con la cabeza bien alta, que ya deberíais de conocer mi nivel de frikismo.
El vampiro siempre ha sido mi personaje fantástico preferido. Cuando compré el libro pensaba que encontraría información general del origen de este mito, así como las diferentes tradiciones desde las que se ha tocado (me vienen a la cabeza, por ejemplo, la tradición clásica que se inicia con Stoker, la de Anne Rice, la del juego de rol Vampire, que ha dado lugar a conocidísimas películas...). En fin, que he encontrado un tratado sobre la upirología demasiado realista, clínico. Para nada lo que esperaba.
En cualquier caso, ha habido una cosa que me ha gustado muchísimo; se trata del tema de las sociedades ocultistas dedicadas al estudio del esoterismo y la magia. Me fascina que existan cosas de estas, ocultas a la sociedad en general, y con unos conocimientos que no solo desconocemos, sino que no tenemos ni la más remota idea de hacía donde van y, lo que es más interesante, hasta donde llegan.
Se dice que Bram Stoker perteneció a la Hermetic Order of the Golden Dawn, una sociedad que aún existe en nuestros días, y de la que habría sacado muchas ideas para la creación del personaje de Drácula, del que Vlad Tepes sólo habría sido una fuente de inspiración más. Dicha secta adora y obliga a la lectura del libro de la Magia Sagrada Abramelín el Mago, el Elegido de una secta milenaria originaria del antiguo Egipto que transmitió sus conocimientos oscuros en este manuscrito de mediados del XV. Os recuerda algo? No? Parece la historia de aquel Necronomicon del maestro Lovecraft pero con una pequeña diferencia, esto es real.
Todo este mundo me parece de los más fascinante. El pensamiento hermético cobra sustancia. Cuando imagino como serán las reuniones de esta gente, que conocimientos tendrán, que serán capaces de hacer y por que, se me hace la boca agua. Igual después resulta que me sentiría terriblemente decepcionado, no lo sé y, casi seguro, nunca lo sabré.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario