Cuando puedas me pasas la sal
Más pronto os lo digo, más pronto sucede. Cena de parejitas. Gracias a dios éramos tres los solteros (me gustaría decir de oro, pero yo no tengo ni las muelas de tan preciado mineral) y 2 parejas.
A mi derecha estaba la nueva, feliz y edulcorada pareja. Estos directamente como si no hubiesen venido. Nunca me habría imaginado al amigo tan acaramelado en público con alguien, pero así fue. En frente y junto a mí estaban los hermanos solteros, visitantes esporádicos de este blog, y gracias a los cuales salvé la noche.
Finalmente a la izquierda la otra pareja, formada por: una chica de la que estuve a punto de quedar colgado en una ocasión, y un buen amigo con un defecto de serie, que confunde lo que es la broma con reírse de las personas.
De camino hacía el peor bar de Sant Cugat decidí que ya era suficiente y salté del coche que me llevaba. Acostumbro a hacer estas cosas. Antes, cuando decía que piraba siempre me tenía que pelear 20 minutos con los otros, así que últimamente le digo a uno que me voy y paso de despedirme del resto. Casi nunca se lo toman mal, y yo me ahorro mucho tiempo y esfuerzos.
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