Voy a reventar
Este fin de semana ha sido de excesos, uno detrás del otro. Empezamos el sábado con la visita al Centre de Cultura Contemporánea a la exposición “La ciudad que nunca existió”, aconsejable para arquitectos, aficionados a la pintura y curiosos en general. Allí vivimos una experiencia totalmente nueva y alucinante. Nos metimos en una habitación llena de niebla y con las paredes pintadas de blanco. Era brutal ver como la gente desaparecía a los tres metros, como te quedabas totalmente solo sin saber donde estabas ni ver absolutamente nada. Fue muy divertido. Pero a lo que íbamos, el exceso llegó más tarde, a la hora de comer. Fuimos a un restaurante japonés situado en Córcega con Enric Granados (he perdido la tarjeta, o sea que no sé exactamente la dirección ni el nombre). Nada de sushi, solo comida casera japonesa, de la que hacen las madres en sus casas. Muy bueno, mucha cantidad y un precio más que correcto.
Por la tarde, a partir de las 6, el Martillo de Thor nos preparó una mega sesión Matrix. Para empezar un trailer que se había construido el tío con trozos de no sé donde. Después 2 Animatrixs, la primera película, dos horas con todas las escenas de video y animación del Enter The Matrix, la segunda y los últimos Animatrix. Total, que salimos a las mil volando por los aires y viendo caer el código cual cataratas informáticas. Excesivo incluso para mí.
Pero lo más grande estaba por llegar. El Titis nos llevó a un restaurante a 11 kilómetros de Vic llamado Fussimanya (o algo así), en Tavèrnoles. Nos advirtió que los platos eran grandes, pero claro, quien podía imaginar que llegaríamos a tales extremos. De primero pedí una ensalada y ya no pude ni terminarla. Los platos tenían tal tamaño que no cabíamos en la mesa. En “El sentido de la vida”, de los Monty Python, sale un hombre que come hasta reventar, pues a nosotros no nos pasó eso de puro milagro. La relación calidad-precio era correcta, pero la de cantidad-precio era espectacular. Muy aconsejable ir, y también estar dos días de preparación sin comer para sacarle el máximo provecho.