Animal!
Este fin de semana estuve con los amigos de toda la vida en una masía cerca de Berga donde celebramos un par de aniversarios. Al grupo habitual se le añadieron dos personas y media que, por decirlo de alguna manera, eran nuevas. Hicimos lo habitual: comer, reír, beber y dormir. Todo funcionó mejor de lo previsto y el tiempo que estuvimos allí fue una inversión en paz y relajación. No hay queja; pero si novedad. Sin duda la novedad la aportó esa “media” persona que hace un par de líneas te estás preguntando de que hablaba.
Se llama Taka y no es japonesa (aunque un buen amigo conoce a un chico que se llama igual y si proviene del imperio del sol). Es una perra de raza indefinida, 8 años humanos, una energía envidiable y una inteligencia pasmosa. Aunque hace todos los trucos habituales (sentarse, dar las patas, rodar, quedarse quieta...), lo realmente sorprendente es como te viene a buscar para jugar. Lo hace con una delicadeza y una educación tal que casi da corte no tirar del Sr Floppy que sujeta con los dientes. En todo el fin de semana no hubo un ladrido ni un gruñido de más, como mínimo por parte de la perra. Admirable su educación, como admirable es el trabajo que ha realizado su amo, Albert, con ella. Ha aceptado una responsabilidad considerable que ha superado con creces.

Post-post: Aprovecho para dar el pésame a los familiares del malogrado conejo Mr. Floppy. Su cruel muerte (decapitado) nos deja a todos con el corazón en un puño. El grupo se compromete a esparcir su interior de pelusa blanca por campos de zanahorias de peluche. Rogamos un oración por el fallecido.