2/12/03

Mis compañeros de comedor y otros animales (II)
Hoy continuamos esta colección de fauna de comedor con un fascículo más dedicado a los especimenes con los que comparto mesa. Mañana pasaremos al análisis de las islas vecinas. Especimenes:
Palomo cojo: Varón de treinta y pocos. Alto, delgado, con un estrabismo innegable y una nariz cual colibrí. Actividad principal: callar y comer. Llegues a la hora que llegues el tío ya está en su sitio comiendo y cuando tu te sientes él ya estará enfilando la puerta. Se sospecha que tiene voz, pero aún no se ha comprobado; lo de “cojo” también está por confirmar.
Diablo de Tasmania: Bajo, de espaldas anchas y poco cabello. Se quita la corbata antes de bajar al comedor. Actividad principal: Comer rápidamente su sopita (esto no falla) y el segundo plato. En 15 minutos llega, se calienta la comida, come, friega sus platos y se va. Obviamente ni lee, ni habla, ni nada; no tiene tiempo. El quipo de zoólogos que realiza este estudio está investigando por que demonios tiene tanta prisa.

El resto de individuos son igualmente particulares pero no les dedicaremos más de dos líneas:
1)El oso perezoso que siempre llega tarde y se mueve lentamente. 2)El hombre nutria albino con sus grandes dientes y sus ojos saltones. De Barna y del Madrid, increíble.

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