1/12/03

Mis compañeros de comedor y otros animales (I)
Como ya sabréis muchos de vosotros cada día almuerzo en el comedor del trabajo junto con otros compañeros. Mucha gente tampoco somos, unos 20 aproximadamente, depende del día. De dos a tres del mediodía, esa habitación junto al almacén se convierte en una torre de Babel social, donde gentes de diferentes clases sociales se reúnen para hacer una de las pocas cosas que tienen en común, comer. Juntos pero no revueltos, eso si, cada estrato social o laboral tiene su propia mesa. No es que me guste ni me deje de gustar, es lo que hay.
Hoy hablaremos de la gente con la que comparto mesa. Bueno, básicamente de dos “especimenes” que no tienen desperdicio. A saber: la Cotorra común y el Australopithecus de oficina. Características:
Cotorra común: Hembra de treinta y muchos. Cabellera rojo pote. Gasas y transparencias totalmente innecesarias. Actividad principal: hablar mucho y muy alto sobre cualquier cosa, centrándose en temas de la empresa como el lote de navidad o la ropa que se va a poner en la cena de empresa. Lectura durante la comida: Hola, Lecturas, 10 Minutos y revistas de este estilo que, a parte de informar, permiten sacar temas importantes para discutir con los compañeros de trabajo.
Australopithecus de oficina: Varón de treinta años que, como su nombre indica, representa el paso último entre el mono y el hombre. Risa de animal, mirada de buena gente y mandíbula gigante. En ocasiones luce una camiseta blanca ceñida que deja a la vista sus medallones de oro. Actividad principal: comer afanosamente platos a los que no para de encontrar huesecillos que deja a un lado (dios que grima!). Lectura: Siempre el Mundo Deportivo. Revisa minuciosamente la sección de fútbol para ver que dicen del partido que vio ayer, y después lee por encima el resto. Solo se le ha visto conversar sobre deportes, aunque en una ocasión tuvo que expresar su opinión sobre la lotería de empresa a petición de la Cotorra.

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