No son yo
Conoceréis al auténtico Kurgan cuando os diga que era el malo de la primera parte (la única buena) de la saga de Los Inmortales. Era el tipo que le hacía la vida imposible a Christopher Lambert, el que se cargaba a todo bicho viviente para conseguir ser el único y quedarse el premio, fuese el que fuese. Al final pierde pero bueno, ya se sabe que en las pelis americanas siempre ganan los buenos.
Yo conozco de cerca a otros Kurgans. Un par de ellos han sido unos déspotas vampiros Brujah, y un tercero un mercenario medioelfo. Todos ellos tienen en común el hecho de no haber existido nunca, de no ser más que marionetas en historias de rol controladas por mí. No es lo único que les une. Todos ellos son seres independientes y autosuficientes. Saben lo que quieren y van a por ello sin importarles en lo más mínimo la opinión del resto. Hacen lo que les da la gana.
No es por azar que mis personajes de rol sean siempre tan parecidos. Evidentemente. En ellos se refleja todo lo que yo quisiera ser y nunca seré. Son ellos los que no piden permiso ni perdón. Los que no se dejan pisotear y caminan con la cabeza bien alta.
Son mi válvula de escape, más barata que un psicólogo y casi tan efectiva como este depreblog.
En cualquier caso no debéis temerme. Sé que no soy Kurgan ni Nuncanada. Sé que tengo otro nombre y una vida anodina que acepto resignado. De momento no tengo pensado comprarme una katana ni pelarme como el de Final Fantasy ese. De momento.