20/5/04

Código oculto
Ya he terminado El Código da Vinci y la verdad es que me ha gustado un montón. Tiene dos partes claramente diferenciadas, una primera mitad en la que se plantea y desvela un gran misterio, y la segunda en la que sigue la trama normal. En si la historia que viven los personajes no es nada del otro jueves, lo realmente sorprendente es ese misterio que vas intuyendo y que te hace empezar un capítulo nuevo detrás de otro sin mirar el reloj.
Terminado el resumen de pseudo literario, y la recomendación sincera de su lectura, vamos con la parte que deben evitar aquellos que no quieran saber nada del libro hasta leerlo.
Veo bastante claro que la historia narrada por el autor es una mera excusa para plantear su teoría, peligrosa y cargada de veneno hacía la iglesia. En el prólogo lo deja bien claro, dice que tanto el Priorato de Sion, como las obras de arte y los nombres de los que se hablan son auténticos, así que realmente (según él) existe un Santo Grial que, pese a estar muy alejado de la forma a la que estamos acostumbrados a verlo en las pelis, tiene mucho poder. Es más, te dice que existe descendencia directa de Jesucristo, un tipo para nada milagroso pero capaz de cambiar el curso de la historia. Una teoría increíble que se arma de pruebas todavía más increíbles. Haced el experimento que se nos plantea en la mitad del libro; cogéis esa colección de Grandes Maestros de la Pintura que hay en todas las casas, le quitáis el polvo, y buscáis una imagen de “La última cena” de Da Vinci. Fliparéis en colores igual que lo hice yo. Será posible que no nos hayamos dado cuenta antes de que ese personaje es una mujer? Si está clarísimo!

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