Message in a bottle
El sábado, al salir de La Paloma (antigua sala de fiestas de la tercera edad reconvertida a discoteca modernilla) nos encontramos con tres mimos que invitaban al silencio para no molestar a los vecinos. Pensaba que era una iniciativa propia de ese local, pero ayer leí en El Periódico que se trata de una campaña montada por el ayuntamiento de Barcelona para proteger a los vecinos de las zonas de fiesta noctámbula.
Me parece una buena iniciativa, a pesar de la rabia infinita que me producen los mimos, pero llega tarde. Por lo que vimos los vecinos han abandonado la clásica y entrañable técnica del cubo de agua (que grandes recuerdos me trae) por una más contundente: arrojar una botella por la ventana. Suerte tuvimos que se reventó contra el suelo, llega a dar a la cabeza de alguien y le abre la sesera. No entiendo como a alguien se le puede ocurrir hacer una barbaridad semejante.
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