5/9/04

Corta, pega y colorea
Neil Jordan se propuso en 1994 adaptar la primera novela de las Crónicas Vampíricas de Anne Rice, la “Entrevista con el vampiro”. Consciente de la complejidad que esto representaba, consiguió que la autora colaborara en la elaboración del guión y la adaptación del libro (de más de 400 páginas). A pesar del mucho contenido que se tuvo que eliminar, el resultado no defraudó ni a la autora, ni a los seguidores de la saga ni al público en general. El film retrataba perfectamente la profundidad de los personajes, la trama y la oscura vida del siglo XVIII. Fue un éxito, probablemente el mayor que ha tenido Neil Jordan.
8 Años más tarde, en el 2002, un tal Michael Rymer convenció a unos inocentes ejecutivos de la Warner Bros. para que le pagaran su “adaptación” de la segunda y tercera (allí es na!) parte de la saga. La peli, que se dio a llamar como la tercera novela (“La reina de los condenados”) pretendía relatar la compleja y violenta trama de esta parte, insertando fragmentos de la segunda. El resultado fue un auténtico desastre de crítica y espectadores. La explicación es fácil: El director destrozó las novelas, modificó la historia tanto como le dio la gana y el film perdió todo su interés. Yo tardé mucho en verla, ya que todo el mundo me aconsejó que no perdiese el tiempo, pero finalmente ayer cometí el error de no seguir el consejo. Vaya petardada y vaya insulto a las Crónicas Vampíricas y a su predecesora. Ni la interpretación de Vincent Perez, ni la morbosa presencia de la fallecida Aaliyah salvan un aborto de tales dimensiones. Solo me queda un consuelo, saber que este “director” no ha vuelto a engañar a nadie más para que le pague sus monstruosidades.

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