Marathon Man
Me pongo los pantalones de deporte Decathlon nuevecitos y me calzo las Nike galácticas “Cross training” aún por estrenar. Camiseta negra y reloj negro; todo muy bien conjuntado.
Camino tranquilamente hasta el parque, no es cuestión de forzar.
Ya estamos aquí, no hay excusas, a correr como un poseso. El parque está repleto de footingueros (joguingueros para los americanos), y algunos se ve que están pasando un mal rato. Deberíamos tomarnos más tiempo antes de prometer según que delante de los amigos.
Han pasado los 5 primeros minutos, de cuesta, y el cuerpo me pide un descanso. Para disimular me pongo a hacer estiramientos con cara de concentrado y mirando al reloj, seguro que la gente piensa que soy un deportista de élite. Medio minutillo y a correr.
5 Minutos más y volvemos a estar donde empezamos; que deporte más raro. Podría continuar, pero mis pulmones anuncian que si lo hago se declararán en huelga. Total, medio minutillo más de estiramientos. Se me empieza a dar bien eso de estirar no sé que.
Otros 6 minutillos de vuelta y decido parar definitivamente antes de que todo mi cuerpo entre en colapso, explote y manche de sangre al niño que acaba de atropellar a su madre con la bici.
Regreso a casa sin respiración, rojo como un tomate y con el corazón en la garganta. Por la escalera me cruzo con un vecino y empiezo a disimular saltando de dos en dos los peldaños. Nunca aprenderé.
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