1/9/04

Testimonios (2)
Llegamos a León bastante desesperados. La Autocaravana Chanante perdía gasoil a chorro, así que era probable que allí terminase nuestra aventura. Aparcamos en frente de un taller, comimos apresuradamente, con males humores y mucha tensión, y decidimos esperar a que llegasen los mecánicos tomado un café en el bar de la esquina. El dueño y camarero era un hombre mayor, tirando a los 60, y estaba super concentrado en una peli del TCM en la que Anthony Quin hacía de húngaro durante la segunda guerra mundial. Nos sirvió rápidamente y volvió a lo suyo. Yo, que medio seguía la peli, me di cuenta que el tío hacía gestos con la cara, y es que estaba totalmente metido en el film, y alucinaba con el protagonista. Se fijó en mí y me comentó “...buah, vaya papelón que hace aquí el actor este, que bárbaro...” y yo asentí, aunque en realidad creo que ese personaje era totalmente irreal. Al salir me fijé en un póster que tenía de Casablanca y quise pensar que le había puesto Rick’s Café al bar. Preferí no comprobarlo.
Unos días después conocimos a la familia dueña de un restaurante (comer y beber son dos conceptos que resumen a la perfección estas vacaciones) entre Ponferrada y las Médulas. La primera impresión no fue muy buena, ya que el padre y encargado de la barra era muy seco, pero cambió al conocer a los hijos. Dos chicos de unos 20 y una niña de apenas 13 años que nos trataron como si fuésemos de la familia; incluso nos invitaron a bañarnos en su piscina particular. Uno de los hijos vendía fotos desechadas para intentar pagarse un curso de fotografía en Ponferrada que valía 200€ y, aunque eran bastante flojillas, le compramos un par para colaborar. La verdad es que fueron encantadores. Si llego a ser huérfano les pido que me adopten.

No hay comentarios: