Superhumanos (Vol. 1): El Hombre de hielo.
Johny Falcones era un joven de los suburbios Neoyorquinos que, como cualquier chico de su edad, gustaba de salir con los amigos, beber y reír hasta bien entrada la noche.
Pese a su edad, Johny todavía no había desarrollado sus poderes plenamente. En ocasiones intuía que, por algún extraño motivo, su papel en la tierra era diferente al de sus amigos, pero no era capaz de desarrollar aquellos extraño poderes que latían en su interior.
La fatídica noche del 12 de agosto Johny y su banda estaban haciendo botellón en la calle, algo que sólo durante los meses veraniegos es posible en la ciudad de los sueños. Charlaban y bebían sin importarles nada más que disfrutar de ese momento. Pero hay gente egoísta, siniestra y vil que no puede entender lo difícil que resulta la transición juvenil, y interponen su propio beneficio al del resto de las personas. Esa noche, un hombre de mal carácter decidió que iba a dar una lección a los chicos que con sus continuos gritos no le dejaban dormir. Ese hombre cogió un cubo, lo llenó de agua y lo tiró desde un sexto piso directo hacía su objetivo.
El joven Johny, guiado por unas extrañas intuiciones, levantó la vista y vio esa masa de agua acercarse a gran velocidad. Sin saber como ni por que, levantó la mano y aquella agua empezó a congelarse hasta convertirse en una estalactita de puntiagudas formas que seguía su camino inexorablemente. El impacto fue tremendo. Él y varios de sus amigos cayeron al suelo rodeados de sangre.
Johny, el poderoso hombre de hielo, permaneció en coma hasta el final de sus días, pero todavía hoy es recordado por los familiares de sus amigos muertos.
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