A pesar de todo
Hace más o menos 1 año me pasaron el primer (y hasta esta misma semana el único) disco de los Budapest. Lo escuché un par de ocasiones pero no me impresionaron lo más mínimo. Un tiempo después, si saber muy bien por que, lo recuperé y hasta ahora no lo he abandonado, convirtiéndose en el disco de los gritos del viernes por la tarde. El grupo no ha conseguido demasiado reconocimiento, y cuesta de saber por que, ya que sus baladas son de lo mejor que ha dado el britpop actual.
Este sábado tocaron en Razzmatazz 3, la sala más pequeña de todas. Imaginaos como estaba de emocionado que temía ponerme a llorar cuando empezaran con sus trascendentes baladitas. Con no más de 100 personas de público salieron al “escenario” el grupo catalán Les Philippes, que hacen de teloneros en toda la gira de Budapest. La gente se quedó muy sorprendida con este grupo, que consiguió algunos momentos épicos con sus regustos a Beach Boys, Beatles y Teenage Fanclub. Se van a seguir.
Después llegó lo que todo el mundo (mundo pequeño, eso si) esperaba. Repasando los elementos, parecía el concierto perfecto: Local pequeño, poca gente, el grupo tocando a dos pasos tuyo sin casi tarima, las baladas perfecta… pero no, faltó la magia. El grupo toco lo suyo, presentaron su nuevo disco y repasaron los temas que el público quería, pero a excepción de las dos últimas canciones, el resto se hizo pesado, lento y anodino. En ningún momento se produjo aquella conexión mística entre banda y público que hace valer la pena pagar el precio de la entrada. Una decepción.
Pensando después en ello, creo que el problema de esta banda es que todos sus temas son demasiado iguales. Son baladas casi perfectas entre el pop y el post-rock con momentos de pscicodélia que te erizan los pelos, pero cuando las pones una detrás de otra en un concierto su fuerza se diluye, no destacan. En cualquier caso, me compré la camiseta como homenaje a su disco y a los vecinos que pacientemente sufren mis gritos de viernes tarde.