Tocado y hundido
Estoy destrozado. Físicamente. Mentalmente. Emocionalmente.
Las doce horas sentado me están destrozando las piernas.
Las doce horas de presentaciones me están destrozando la cabeza.
Las doce horas de mal rollo con la secretaria me están destrozando la moral.
Encima, con los nervios y el stress de todo el día, cuando llega la noche no consigo pegar ojo. Y mañana más. Voy a necesitar mucho tiempo para recuperarme, pero será difícil cuando el sábado noche toca Marató de Sants.
Lo siento, hoy no podré escribir más, no soy capaz. Prometo un post hablando de la cena de ayer y otro sobre la recurrente secretaria (no el que ya escribí y nunca visteis, sino uno más formal).
Por cierto, reduciendo mis expectativas, que sepáis que cambio mi vida por un lazo bien hecho, de aquellos con las vueltas por encima, ajustable y autotensable.
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