16/12/04

Helio en el estómago
R y yo estamos haciendo de equilibristas. Con los ojos vendados trepamos cada uno por nuestra escalera.
Tengo mucho miedo. No puedo mirar abajo, pero sé que estoy llegando a una altura considerable y la última vez la caída dejó cicatrices demasiado grandes. No creo que la red pueda aguantar otro susto, está tan deshilachada como yo.
Con el vértigo en las piernas yo sigo subiendo. Espero llegar arriba, sacarme la venda y ver a R al otro lado de la cuerda. Llevo demasiado tiempo en el suelo, soñando con las vistas desde la parte más alta de la escalera.

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