Sueños rotos
Al terminar la carrera de publicidad casi todos los recién licenciados teníamos el mismo sueño: montar nuestra propia agencia. Huelga decir que casi nadie lo consiguió, pero hubo excepciones.
Un grupo de 4 amigotes montaron su propia agencia de publicidad. Empezó con las dificultades típicas de una aventura de tales características: Poca experiencia y cartera de clientes casi nula. Al año, más o menos, me encontré a uno de sus miembros fundadores y me comentó el resultado: 2 de los “examigos” se habían pirado al ver el panorama; el resto sobrevivía como buenamente podía. Conservaban las esperanzas, aunque ya no las amistades.
Antes de las vacaciones me enteré de la transformación de otro de estos sueños, que con el tiempo se había vuelto pesadilla. En este caso lo lamenté mucho más, ya que la protagonista era una buena amiga de la uni, la Evita. Gracias a su experiencia y a buenos contactos, al licenciarse consiguió montar una agencia de comunicación on-line y estudio de diseño con unos amigos. Lucharon un montón y la verdad es que consiguieron algunos clientes de cierto renombre, pero ni por esas pudieron mantener el negocio. Después de las inevitables peleas y amistades rotas, como dijo ella, “estaban hartos de luchar”, así que decidieron plegar velas y marchar cada uno por su lado.
Como os podéis imaginar, la chica estaba destrozada. Después de todo lo que había luchado tenía que ver como su sueño se iba al garete. Seguro que encontrará un curro a su altura, pero el disgusto no se lo quita nadie.
Muchos ánimos Evita!