Yo al cuadrado
La clonación es uno de los nuevos retos a los que se enfrentará la humanidad en este siglo. Ya antes que naciera Dolly se hablaba de los múltiples dilemas, no solo científicos, sino también éticos, morales y teológicos que todavía hoy suscita esta tecnología. Se puede hablar mucho sobre lo que representará la clonación en un futuro, se podrían llenar miles de posts, lo que pasa es que este no es lugar y yo no soy la persona adecuada, de esto no tengo ninguna duda. Mi reto de hoy es mucho más sencillo.
Nunca he tenido muy claro el funcionamiento de esta tecnología, pero entiendo que básicamente se trata de crear una vida que comparta exactamente los mismos genes que otra; que sea igual. Recientemente hemos podido ver en películas como “El sexto día” como se llevaba esto al último extremo, generando clones a mansalva, en cuestión de minutos e implantando los mismos recuerdos y personalidad que su original. Pues bien, este bodrio de película me ha causado como mínimo dos discusiones sobre la clonación que me han hecho pensar que la gente no tiene muy claro quien es ella y que es esta tecnología.
A ver si soy capaz de aclarar un concepto: Yo soy yo (esto ya lo tenemos). Soy la persona que habla cuando quiere hablar, que está pensando ahora mismo y que mueve este brazo cuando quiere moverlo. Soy la persona que vive en mi cuerpo, y hasta que no se pueda transplantar un cerebro entiendo que siempre será así. Esto lo digo por que ya he escuchado más de una vez algo parecido a: “es genial, justo antes de morir te graban los recuerdos, te hacen un clon, se los implantan y ya está”. Ya está qué? si hacen esto habrán creado una persona exactamente igual a ti y que, en principio, tendrá la misma personalidad que tú. Esto, hipotéticamente hablando, serviría para engañar a todas las personas que te conocían, pero no a ti. Tú continuas en tu cuerpo moribundo, y cuando este pase a mejor vida habrá otra persona igual a ti viva, no tú.
Entiendo que esto sería como la primera lección sobre clonación, el “Teo se clona”. Si lo queréis complicar un poco basta con añadir el concepto “alma” en la ecuación, cosa que yo no haré por que no creo en esas cosas y por qué la última vez me hice daño intentando despejar la X.