Post Invitado: IKEA by Onos
Una de las cosas que mas me fastidian es ir a Ikea, pero cuando te instalas en una casa nueva y además la compartes con tu novia, que resulta que es una fan de estas tiendas de muebles suecos, pues no te queda más remedio que hacer unas cuantas visitas a ese paraíso del mobiliario de hogar.
¿Por qué no me gusta ir a Ikea? Por que es un sitio de mirar, me explico. No es una tienda en la que te metas, pilles lo que te interesa y te largues. No, en Ikea te hacen pasar por un laberinto de casitas diminutas decoradas de forma muy dispar, desde estilo “Casa de la pradera” hasta “guau, soy tan moderno que mi casa da dolor de cabeza”, tienes que pasar por todas y cada una de esas casas simuladas, (si, son simuladas porque los ordenadores y las teles que tiene están vacíos) y tengo que ir detrás de mi novia que no para de decirme “Cari, mira esto que buena idea, no crees que quedaría perfecto en…” mi respuesta siempre es la misma “ no cabe”. Sigues el itinerario marcado y cuando crees que ya se han acabado las cocinas, los sofás, los armarios y las camas, resulta que bajas a otra planta, que esta llena de cacharros de cocina, de objetos decorativos y ropas de cama. Todo esto también esta distribuido a lo largo de unos pasillos en los que te podría aparecer un minotauro en cualquier momento. (Entre nosotros, en esta zona he descubierto atajos para no tener que pasar por todo el recorrido, pero tienes que estar atento porque están muy escondidos). Cuando acabas de los complementos llegas a la pesadilla de un vampiro, la zona de las lámparas. Me llamareis exagerado pero hay tanta luz que o te pones gafas de soldar o sales con las retinas desechas.
Pasado esta zona llegas al almacén, esta es la parte en la que tienes que buscar la caja en la que se encuentra el mueble que te interesa. Según lo que compres esta caja pesa como un muerto y aunque tu novia te dice: “pide ayuda a uno de los chicos” tu como eres un tío le contestas: “pero si no pesa nada, con esto puedo yo solo” y claro acabas con una hernia. Bueno eso si encuentras lo que has venido a buscar, porque es más que probable que no tengan lo que necesitas, os pongo un ejemplo real.
En mi última visita quería unas hamacas con reposapiés, pues fui un lunes a buscarlas, (ya sabéis Ikea entre semana es aún mejor), entonces me dicen que no les llegan hasta el martes. Vuelvo el martes y resulta que el reposapiés esta agotado, cojo solo la hamaca y cuando voy a buscar la colchoneta de dicha hamaca, resulta que las únicas colchonetas que les quedan son las de los reposapiés. Yo no entiendo nada de los criterios que siguen para organizar sus stoks.
Bueno Ikea tiene algunas ventajas:
Los precios, “que resulta que como los transportas y los montas tu mismo eso que te ahorras en la factura” pero yo os digo que reza para que te quepa todo en el coche y reza más a la hora de montarlos para que vengan las instrucciones dentro, que como tengas que montarlos en plan puzzle te vuelves loco, y os lo digo porque a mi me ha pasado.
La otra ventaja mi favorita, esos frankfurts con pepinillos y con esa cebolla crujiente que están para morirte de buenos.
Bueno la verdad es que tampoco es tan malo ir a Ikea más que nada porque rompes la monotonía y ella disfruta tanto que verla feliz ya compensa todo el suplicio. Y es que Ikea es el paraíso de las parejas lo digo porque cuando subía por las escaleras cogido de la mano de mi novia delante de nosotros había otra pareja, también cogidos de la mano y detrás de nosotros había como otras 50 parejas más.
Pues ya sabéis nos vemos en Ikea.
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