El martes no siempre es gris. Ni el miércoles.
Bueno, bueno, bueno, la de cosas que se pueden hacer con un día de fiesta; y si son 3 ya no veas. Y vosotros allí, en la oficina, currando. Tendréis que disculparme, hoy parece que me he despertado más cabrón de lo normal.
Ayer aproveché para gravar unos cuantos discos con su portada y tal, que es lo típico que me da una pereza enorme. Dos descubrimientos made in Radio3: Holly Williams y Kevin Johansen. La primera hace un country/americana moderno e intimista muy agradable de escuchar. El segundo es un cantautor argentino de letras curradas solo apto para momentos de alegría, en caso contrario tanta felicidad da una rabia que lo matarías.
Por la tarde me voy de paseíllo por barna. Caen las primeras compras. Para empezar un cómic que tiene la función de volverme a enganchar a este tan noble arte. Se trata de Gunnm (antigua Alita), un manga ciberpunk que según el amigo experto me va a gustar mucho. Por mis manos pasan lo último de Foo Fighters (caro, pero lo tendré, que me encanta como toca la batería este tipo) y Nacho Vegas (no, ahora no, ahora alegría). Finalmente me quedo con uno doble de Bumbury que no tenía, que por 6 € es una ganga.
Autoregalo: Frapuccino Caramel grande. Cuanto tiempo sin visitar el Satarbucks, desde mis viajes por sus tierras que no me tomaba una porquería de estas tan buenas. Café con leche helado, nata, caramelo. Buah, una bomba que te enguarra todas las manos y que te hace sentir como un niño disfrutando de un gigantesco helado de chocolate. Apenas me dura un par de calles. Por cierto, el dependiente y la gente de la cola son americanos; curioso.
De noche, en el zulu, hacemos unos toqueteos con Dani. Probamos el Today de los Smashing que no termina de chutar. Después improvisación, él sobre blues, yo sobre una bosanova agitanada que se saca de la manga. Mola. Finalmente pase de “El odio”, película francesa que describe un día en la vida de unos perlas de barrio. Buena dirección y mejor guión. Me gusta una historieta que aparece varías veces en la peli. Es bastante pesimista y este no es mi estado de ánimo actual, pero bueno, aquí va:
Un hombre se cae del piso 50 de un edificio. Durante su caída, por cada piso que pasa, se dice a si mismo “de momento todo va bien, de momento todo va bien”. Lo importante no es la caída, sino el aterrizaje. Está sociedad está en plena caída, diciendo que todo va bien, pero lo importante no es la caída.
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