La d con la a
La comunicación escrita es complicada. Si, es una de aquellas conclusiones a las que mi mente privilegiada ha llegado solita después de mucho pensar; que le vamos a hacer, cada uno tiene su ritmo.
Ahora podría coger algunos de los apuntes de mi etapa universitaria y parafrasear lo que en su momento ya parafraseó el profesor, listados de ventajas y diferencias entre la comunicación escrita y la verbal. No lo voy a hacer por que el interés que podría tener sería mínimo y además dudo bastante que encontrará los apuntes. Me parece que estaban encima el armario, o era en el trastero del parking; bueno, da igual.
La complejidad teórica de esta forma de comunicación es muy superior a la verbal, sobretodo por que esta última la aprendemos de forma inconsciente desde que somos bebes, en cambio a escribir empezamos con una cierta edad, para ser exactos aquella en la que queremos aprender a montar en bici. Así que no tan solo hacemos faltas de ortografía (en mi caso las colecciono), sino que desconocemos a nivel general como podemos llegar a comunicar solo y exactamente lo que queremos comunicar. Los abogados saben bien de esto, pero os aseguro que nadie leería más de una línea de un blog que empezase tal que así: "Por la presente hago saber de forma desinteresada a aquellos lectores ocasionales o regulares que puedan leer estas palabras, que ayer a las 22 horas me dirigí de forma voluntaria a adquirir legalmente una bolsa de pipas de marca no procedente...". Ahora que lo pienso, alguien igual si que lo leería, que en este mundo hay gente muy rara.
Aquí las interpretaciones erróneas son frecuentes. Más a menudo de lo que me gustaría los posts de broma se toman en serio, se encuentra una trascendencia en mis palabras con la que yo no contaba. Asumo totalmente la culpabilidad de este hecho. No entiendo este blog sin jugar a la ambigüedad, dando el contenido mascado al lector. A mi no me gustaría. Prefiero que la gente se imagine lo que estoy diciendo, o se coma la olla un poquitín intentando averiguar de que habla este tarado. Pero claro, entonces pasa lo que pasa. Lo que más me sorprende es que la gente que suele confundirse es muy cercana a mí, que me conocen de sobra y aun así me toman en serio. Otras personas que apenas saben de mí detectan rápidamente que todo es una broma, ironía gruesa y barata. Es curioso. Nadie conoce a nadie. Nadie conoce a Nunca. Nunca conoce a Nadie. Hola, qué tal Nadie?
PD. Primer jueves sin Post Invitado desde la inauguración de esta sección.
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