Síndrome de abstinencia
Tengo mono, mucho mono. Como siempre, todo el mundo se había dado cuenta de mi adicción menos yo, que nunca me entero de nada, así que soy al único al que le ha cogido por sorpresa. 2 Putos días sin Internet en casa y estoy que me subo por las paredes. Gracias sinceras timofónica, si no fuera por vosotros no hubiese descubierto jamás mi enfermedad.
Necesito chatear con ella1 para que me cuente como lo lleva, con ella2 para que me pegue bronca (urgente o esto no habrá quien lo arregle) y me diga las verdades como solo ella hace, con él1 para saber que harán el viernes noche, con él2 para saber si tengo que empezar a ponerme nervioso para el sábado noche y con ella3 para que me haga rabiar como ya es habitual.
Y no es solo eso, que va, la cosa no termina aquí. Tengo que mirar el correo para saber si ella la ha vuelto a cagar y puedo quedarme a gusto haciendo castillos en el aire. Y lo más importante, necesito con toda mi alma saber si he metido la pata, si no me escribirá nunca más, si he sido un auténtico gilipollas corto de vista que ha tirado al traste algo muy bonito. Si es así rectifico, acepto todas tus condiciones, tu mandas, por favor, lo siento. No hay respuesta; voy tarde, como siempre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario