Tortilla de culdinas, aspirinas y frenadol
Este fin de semana ha sido especialmente duro. Muchas cosas que hacer y una salud precaria que me ha dejado hecho una piltrafa humana (más de lo normal, quiero decir) para unos cuantos días. Lo peor es que no ha podido ser todo, y me he quedado sin castellers.
El sábado tocaba Marató de Sants (remate final del Festival de Cinema Fantàstic y de Terror de Sants), que se vio precedida por la cena de aniversario del gran Porta, alias George Clooney. Fue una noche de reencuentros con amigos que hacía un montón que no veía (algunos de ellos más de un año): Porti, Gatoacuático, Gabón, Mr.T, Karim o Fistan (a nombres freakis no nos gana ni dios). Como cada año, los gritos no decayeron hasta las 6 y pico de la madrugada, cuando nos fuimos para casa. Destacar la gran frase “Tus padres eran hermanos”, el clásico “Métele el puño” o las repetidas peticiones para que Keanu se cambie de look, que en todas las pelis aparece igual el tío.
Y el domingo nos vamos toda la peña de conciertillo, eso si, para que no sé diga que somos normales, no nos vemos hasta el final (y eso sólo los que acudimos al punto de encuentro). Coldplay ofreció un buen concierto, soso a veces, con versiones poco afortunadas otras veces, pero que también tuvo sus ratitos. Me quedo con el de hace unos añitos en Badalona. Lo mejor, como no, fue la compañía.
Ahora cama, reposo y a ver si mañana estoy de humor para ir a trabajar. Ya se sabe, hay que ser generoso y compartir esos virus que dios me ha dado con el resto de compañeros del trabajo, que a uno le podrán llamar de todo, pero egoísta jamás.
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