Unas veces sí y otras no
Cuando estás como yo (y no me refiero de bueno), parado con ocupaciones esporádicas y proyectos que tardan en metamorfosearse, las vacaciones son raras. Las personas responsables con trabajos honorables ven donde está la barrera que separa el curro de las vacaciones, incluso le ponen hora: “A las 6 en punto tiro el boli y me voy de vacaciones!”.
En este duermevela en la que me encuentro es difícil ser tan clarividente. Los horarios son difusos, los días de la semana dejan de ser 5+2 para convertirse en 7 y términos como “obligación” o “responsabilidad” pierden su mala aura e incluso te los llegas a creer.
En general todo esto es bueno. Libertad, tiempo para hacer lo que quieras, ninguna explicación y muchos castillos al aire (mi especialidad). Su principal defecto es tan obvio que no hace falta ni mencionarlo, y los que le acompañan se van a quedar hoy sin protagonismo, que no me apetece amargarme.
Por cierto, el título del post es una cancioncilla de Vacaciones, que se separaron ahora hace un año. Nos dejaron cosas como: “Por que soy responsable, unas veces sí y otras no”.