Llegas tarde
Cuantas veces debo haber hecho este cometario? Bueno, conozco la respuesta, muchísimas. Son tantas las horas que he perdido esperando la llegada de alguien, que incluso me ha dado tiempo a elaborar una teoría sobre los diferentes tipos de tardones (el nombrecito resulta bastante infantil, pero para el caso servirá). Antes de clasificarlos, tan solo matizar que hablo de aquellas personas que suelen llegar tarde, no de los que puntualmente lo hacen, que somos todos.
Primero nos encontramos con los de la Clase A, que son aquellos que siempre tienen excusas, se las creen y, lo más sorprendente, son verdad. Que si “en el último momento he tenido que hacer una cosa para mi padre”, “es que cuando iba a salir me he acordado que” o “tenía que terminar un trabajo para mañana”. El problema que tienen estas personas no es que no sepan interpretar las manecillas del reloj, sino que son incapaces de organizarse; no saben gestionar su tiempo ni organizar sus tareas.
Los de la Clase B, para que nos entendamos, son como los de la A pero con agenda. Estos tienen las excusas más ridículas y/o inconsistentes del panorama “tardonil”, lo saben y les da absolutamente igual. Te sueltan un “es que ayer salí y hoy me ha costado levantarme”, o un “es que daban una peli guapa en la tele” y se quedan tan anchos.
Existe una tercera clase, la C. Estos tipos son los más increíbles. Cuando les dices que han llegado tarde (por que narices se lo decimos si lo saben perfectamente?), te miran con cara de pegarte tres yoyas y escupen: “ya, y?”. Vaya, que les importa una mierda que lleves una hora mirando el reloj y alargando el cuello para todas las direcciones.
Exceptuando las personas pertenecientes a la Clase A, que viven en la total inocencia e impotencia frente a un mundo que les retrasa los planes constantemente, los tardones no tienen excusa. Son seres que de una forma inconsciente (prefiero pensar que no es consciente) se creen superiores a los demás. Pueden hacer perder el tiempo al resto de personas sin inmutarse. Se deben creer tan geniales que es lógico que el resto del mundo les aguarde.
Espero que lo del tiempo es oro solo sea un refrán más, por que como tenga algo de verdad voy a pedir intereses a todos los que he esperado alguna vez.
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