15/9/03

Mucho basket
Este fin de semana largo ha venido rotundamente marcado por el Basketball.
Todo empezó el jueves, la “diada”, cuando nos juntamos unas 15 personas para hacer una barbacoa en casa de la Mari. Salió extrañamente bien y, a pesar de nuestra demostrable inaptitud frente al fuego, finalmente llegamos a cocinar toda la carne que habíamos comprado (toneladas). Por la tarde, a eso de las seis, empezó el partido de la selección frente a Israel y nosotros nos dividimos; los hombres en uno de los salones viendo el Basket y chillando como energúmenos, y las mujeres viendo fotos de las vacaciones y charlando de sus cosas (no me preguntéis cuales son sus cosas por que lo desconozco). Todo muy ibérico, muy español vulgar de clase media y mediana edad.
El sábado por la mañana partidito de basket en Barcelona. Ese día todos los dioses en los que no creo acordaron hacerme quedar como el mejor jugador de basket de la historia. Me entraba todo. Os confesaré que yo mismo estaba flipando. El resultado lógico de tal proeza aún lo arrastro: agujetas, muchas agujetas en absolutamente todos los músculos y las articulaciones de mi cuerpo. Si es que ya no tenemos edad.
Las tardes del sábado y el domingo se dedicaron por un igual a animar a “nuestra” selección delante del televisor. Eso sí, los resultados fueron diferentes. Como ya viene siendo habitual el equipo funcionó bien hasta el momento decisivo, en el que se vio totalmente incapaz de derrotar a Lituania. Muy frustrante, la verdad.

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