Fauna laboral
Como hay gente a la que le gustan mis aventuras laborales y últimamente ha habido algún cambio, hoy toca post de trabajo. Ala.
Ayer me llama el director general (también conocido como “Puto Nazi” por su origen y su racismo) para hablar en su despacho. Me preguntó si había encontrado algún curro y después del formalismo me suelta que si quiero me puedo quedar hasta finales de año; se ve que la persona que nos sustituirá a mi jefe y a mi no puede entrar hasta primeros de diciembre. Las condiciones se mantienen y si encuentro trabajo me puedo ir cobrando como si me despachasen, pero en vez de tener un despido con fecha de 31 de octubre ahora será del 31 de diciembre.
Ante tal oferta tan solo podía decir que vale, que me quedo a la espera de encontrar otra cosa. Era la respuesta lógica, racional y odiosamente conservadora. Lo que en realidad me gustaría haber hecho sería un corte de mangas XXL y un desprecio del tipo: “Ahora me necesitáis, pues ahora sus jodéis”, pero no. Acepte la oferta y pisotee un poco más mi ya de por sí maltratada autoestima.
De todas maneras estoy seguro que en diciembre no entrará nadie. Hay dos personas con mucho poder dentro de la empresa que quieren extender sus ramas hacía el área de marketing, y de momento les ha costado bien poco cargarse a los que el director ha seleccionado para ocupar la butaca que quieren ellos. Estos dos poderosos no tienen desperdicio alguno. Uno de ellos es el director comercial de una de las zonas; un figurín todo imagen que me lleva a diario trajes de cien mil pelas. No tiene pinta de trabajar mucho ni ser muy bueno, pero sabe venderse y la gente confía en él. En cualquier caso me repugna menos que el responsable de finanzas, el otro en el ring. Este es un inútil total, pero ha conseguido ser el segundo de abordo. A mí me recuerda a los dibujos de empresarios que hacía Perich. Con su Jaguar de empresa, sus puros y pidiendo al personal a su cargo que le traigan el café o le vayan a comprar un bocadillo. Y, aunque os parecerá un chiste, os prometo que el tío es militante activo de Esquerra Republicana de Catalunya. A eso se le llama coherencia.
Sigo sin poder quejarme. Estos dos meses más me vendrán muy bien, que la cosa de marketing está muy jodida y no encuentro nada.
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