Ya tenemos una edad
Como ya dijo el gran Chandler en Friends (sin duda el mejor personaje de la serie), “la edad de las personas se puede medir por la cantidad de ruido que emite al sentarte”. Y sentarse ya es muy optimista, por que en realidad lo que hacemos es tirarnos sobre el sofá a la vez que soltamos un sonoro suspiro como el que emite un pedrolari al soltar el peso de su espalda. Sin duda amigo, si tu también eres del club de los gruñidos eres uno de los míos, y recuerda, la edad es un estado mental, así que efectivamente puede ser un viejo quejica a los 27 años.
En cualquier caso, he descubierto otra forma de medir la edad psicológica (desengañémonos, todo está en la cabeza). Esta escala se basa en la cantidad de dolores que padeces debido a factores totalmente externos a ti. Por ejemplo, si eres como yo y este fin de semana has notado las piernas cansadísimas por culpa de las lluvia, anótate un punto para tu edad. Hay muchos otros factores de este tipo tales como la humedad, el mal tiempo... bueno, ahora mismo no se me ocurren más, pero seguro que captáis la idea.
En resumen, que cuanto más mayores nos hacemos más vulnerables somos a cosas a las que nunca antes habíamos prestado atención.