Todos quieren que gane el amor
En 1995 fuimos muchos los que nos colgamos de aquella historia. Chico y chica que se conocen en un tren y comparten una noche perfecta, el sueño de cualquiera. Siempre tuvimos la duda de que había pasado, si se volvieron a encontrar medio año después como dijeron, o si tan solo quedó el recuerdo.
Ahora, unos añicos después, el mismo equipo que rodó aquella “Antes del amanecer”, se han puesto de acuerdo para darnos un final en “Antes del atardecer”. A los seguidores de la original nos apetecía ver esta continuación, pero quienes realmente lo necesitaban eran los propios componentes del equipo de filmación. El director, aunque forrado, se había hundido en un pozo de comercialidad con “Escuela de Rock” y “Spy Kids”. Julie Delpy intentó lanzar una carrera musical que, como espectador que he sido de uno de sus conciertos, debo decir que no tiene ningún futuro. Y Ethan Hawke, la tercera pata del proyecto, llevaba un tiempo desaparecido entre trabajos de poco éxito. Vaya, que esta secuela les ha ido como anillo al dedo para relanzar su carrera.
De “Antes del Atardecer”, igual que con su predecesora, solo puedo decir cosas buenas. Hora y media de diálogo entre los protagonistas, con Paris como único actor secundario. En esta ocasión se han eliminado las conversaciones más filosóficas para centrarnos en los personajes, sus necesidades y la situación personal de cada uno de ellos. Es fantástico como llegas a conocer a los dos protagonistas, como los entiendes y deseas que se decidan de una vez.
Altamente aconsejable para los que disfrutaron de la primera parte y, en general, para cualquier espectador con algo de sensibilidad.
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