Y todavía no ha terminado la semana
Hay que ser rastrero, miserable, hijo de la grandísima puta y muy mala persona en general para robarle el juego de cubiertos a un compañero de trabajo.
Si no tienes un tenedor, una cuchara o un cuchillo, coges unos y los utilizas, pero después los lavas y los vuelves a poner en su bolsita y en el lugar donde estaban. Para que coño te los vas a llevar a casa, tan mal estáis que comprar un juego en el bazar chino de al lado os resulta demasiado gasto. Venga hombre, son ganas de joder y ya está.
Ahora vamos a cerrar todos los ojos, el ladrón de mis cubiertos saldrá y los dejará sobre la mesa. Por seguridad, que el resto de personas sostenga con fuerza el mouse no vayan a haber más sorpresas desagradables.
Post Post. Disculpen ustedes mi vocabulario, pero es que hay determinadas cosas que me sacan de quicio... joder!
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