Hombre, cuanto tiempo sin vernos
Este domingo me lo he tomado con calma, de relax, para poder afrontar con fuerzas la semana que me espera. De martes a viernes tenemos reunión de ventas en la empresa, la cual cosa significa hacer presentaciones en público, llegar a casa tarde, aguantar powerpoints sin dormirte y comer de pié. En realidad lo que más me jode no es esto, sino la práctica de relación social que supone. Representa que esta semana es una oportunidad para conocernos todos, para charlar de nuestras vidas y saber como es y que le preocupa a la persona con la que hablas por teléfono casi a diario. Pues bien, a mí, por mal que suene, me la repatea como es el tipo que está al final del cable. Si no me interesan ninguna de las personas que veo cada día en la oficina, por que tendré que entablar amistad con un comercial de 50 años que se va de putas en cuanto se escapa dos días de su mujer? Por que no dudéis que eso es lo que harán de noche por Barcelona, que me los conozco.
Cuando me encuentro con situaciones como las que viviré esta semana me doy cuenta de cómo soy, de que cada día crecen mis habilidades sociales más hipócritas y engañosas, a la par que baja mi interés por la sociedad en general. Supongo que de trabajar en una empresa con gente joven y con un mínimo de preocupación cultural la situación sería diferente, pero cuando estás en una compañía de marujas y marujones donde sólo se habla de fútbol, grandes hermanos y películas del Van Dame uno se asquea un poquito.
Ya os iré contando como avanza la semana. Bueno, eso será si sobrevivo, claro.
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