12/1/05

Dinamo
Hace unos cuantos días, semanas quizás, que el coche me pica. No es que del volante salga una voz macarrilla gritando: “que pasa maricón, que no puedes ir más rápido?.... gallina!”, no, no es eso. Resulta que cuando bajo del coche y toco la puerta para cerrarla me pega unos viajes que pa que. Es que no os lo vais a creer, el otro día estaba tan acojonado que iba a cerrar con el codo (eso significa tres capas de ropa: chaqueta, jersey y camisa) y a pesar de todo me pegó calambrazó. Total, que con lo valiente que soy os podéis imaginar el numerillo que monto cada vez que salgo del coche, acercando la mano al instrumento de tortura con los ojos medio cerrados y todo mi cuerpo doblado de terror.
Vale, a parte de reíros de mi lamentable situación (sodomizado a la fuerza por un vehículo de 4 ruedas) agradecería que alguien con estudios me ayudase. Algún científico con bata blanca en el blog? Lo que me gustaría saber es por que ahora me pica y antes no. Mis hábitos de vida automovilística son los mismos: mismas ropas, mismas velocidades, mismas rutas, etc. Igual se debe a algún factor externo (cambio de presiones atmosféricas, por ejemplo), pero entonces vosotros también estaríais sufriendo el castigo. Igual no, igual es un castigo divino por algo que he hecho o hice en una vida anterior. O va a ser que en algún momento he herido la sensibilidad del coche; si es eso le pido disculpas públicamente, no era mi intención.
Espero vuestras explicaciones y sabios consejos.

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