En lo más crudo de la cruda realidad
Ya estamos aquí otra vez. Feliz año 2005 y todas las cosas que se dicen en estas fechas.
Ahora al grano.
En la universidad tuve un profe bastante malo que en una ocasión, hablando de no sé que, soltó: “Si mañana se hunde Africa, nosotros lo lamentaremos mucho y donaremos dinero para ayudar, pero nuestra vida no cambiará en lo más mínimo. Pasado mañana nos levantaremos igual para ir a trabajar”. Muchos de los allí presentes le increparon, le acusaron de desalmado y demás; no podía ser que la muerte de tanta gente nos dejara igual. Por desgracia estas navidades le han dado la razón.
Leíamos hoy en El Periódico las últimas cifras del desastre: Más de 150.000 muertos, 5 millones de damnificados, 1’8 millones de los cuales no disponen de comida. Todos lo lamentamos mucho, seguro, pero no se nos han atragantado los turrones ni el cava. No es que seamos malas personas (o no todos), crueles ni cabrones, es solo que somos seres humanos. Eso si, espero que todos los que en aquella aula demostraron ser tan “sensibles” se hayan dado cuenta de su hipocresía.