Si hay barra libre yo me apunto
Recientemente hablaba yo con una amiga de lo jodido que resulta ser soltero en este mundo. Reflexiones cuotidianas y recurrentes entre los desaparejados que supongo que solo nos importan a nosotros; normal. Salieron las cenas con parejitas en fase pajarillo, las reuniones familiares y las bodas. Los dos primeros los conocía de sobra, pero el de las bodas no. Aunque todavía no he vivido ninguna boda de amiguete, me imagino que debe ser la típica situación en que todo el mundo está con su pareja, tope de románticos y asquerosamente felices y tu debes estar pillando la taja del siglo para como mínimo aprovechar la barra libre y sacar algo de esa farsa (una buena resaca, por ejemplo).
Pues bien, todo esto venia por que justamente el día siguiente de hablarlo, van y me invitan a la primera boda de un amiguete. Mira tu que casualidad. La parejita en cuestión son buenos amigos y muy buena gente. Es curioso, la noticia ha despertado en mí una alegría y felicidad inesperada. Desde aquí les mando los mejores deseos y la máxima paciencia para soportar todos los preparativos, que por lo visto son muchísimos.
Para tan feliz enlace (cuando quiero puedo ponerme muy pastelón) falta más o menos un año, pero las voluntarias que deseen acompañarme pueden escribir desde ya a mi correo. Si, para eso sirve un blog, que os pensabais?
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