13/11/05

Dentista
El miércoles fui al dentista. Mañana lunes también iré, igual que el próximo lunes. Tres veces en tres semanas. Una, dos y tres, como tres cifras tiene la factura que me va a pasar el muy ... argentino.
Podríais pensar que tengo el tema superado, al fin y al cabo he ido yo en mi vida al dentista más que todos vosotros juntos, como mínimo que aquellos de vosotros que no halláis llevado ortodoncia durante tres (otra vez tres) largos años. Pues no, no me gusta ni un pelo. Voy, hablo mucho como siempre que estoy nervioso, y después junto con fuerza las manos encima de mi barriga mientras el muy... argentino me hurga en la boca.
Esta vez lo he retrasado mucho. Durante las vacaciones en Tenerife me partí una muela y hasta ahora, que ha empezado a molestar, no me he atrevido. De todas maneras no tengo queja, el pasado miércoles no me hizo nada de dolor. Debe de estar trabajando con un anestésico nuevo, por que antes siempre me tenían que poner triple ración y ni por esas conseguían dormirme bien. La ciencia, que avanza una barbaridad.
Me imagino que para ellos tampoco debe ser un festival, poner los dedos en bocas ajenas tiene que ser un poso desagradable. Bocas sucias, malolientes, asquerosas. A mí no me gustaría. Supongo que ese es en realidad el motivo de sus exageradas facturas, no creo que sean para pagar la silla esa que se mueve arriba y abajo.

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